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Las esculturas de este extremeño universal son sin duda las más conocidas en Cuelgamuros. Su obra es colosal en un entorno colosal. De sus manos surgieron los Evangelistas y la Piedad de la entrada a la Basilica, entre otras.
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Ramón Lapayese es sin duda el mas completo de una completa familia de artistas. Su aportación escultórica en la ornamentación de la Basilica es clave, ya que de sus cinceles surgieron desde el coro de los PP. Benedictinos hasta la impresionante talla en alabastro del Cristo Yacente de la última estación del Via Crucis, además de otras de muy bella factura.
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| Escultor salmantino artifice de la puerta de acceso a la Basilica desde la explanada del monasterio, tambien llamada Puerta de Poniente
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Nos encontramos ante un escultor "diferente". José Espinós Alonso fue un incansable trabajador del hierro, del latón y la plata, materiales que supo tratar como nadie, y con los que realizó numerosas obras.
En Cuelgamuros es el autor de la gran reja de entrada a la Basilica, así como del magnifico Sagrario de la Capilla del Santísimo entre otras.
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Un accidente de circulación nos arrebató tempranamente a este grande entre los grandes. Supo rescatar del olvido la técnica del mosaico que está presente en nuestro país desde hace muchos siglos. La Basilica de Cuelgamuros no sería lo mismo sin las teselas de este catalán enamorado de su trabajo
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Diego Méndez González es el arquitecto a quien debemos el Valle de los Caídos según como lo conocemos. Acometió la dirección de la obras tras la muerte de Pedro Muguruza, arquitecto del que fue discipulo. Supo sacar adelante el proyecto con la maestría y oficio que tan sólo un grán arquitecto com él era, podía resolver.
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Verdadera eminencia de la arquitectura ya antes de la guerra civil, no obstante fue Director General de Arquitectura. Este madrileño, con importantes raices vascas puso todo su empeño, dedicación e ilusión en el proyecto que inició en Abril de 1940. Suyos son, además, algunos de los edificios y monumentos mas emblemáticos de la capital de España.
Una paralisis progresiva le obligó, a su pesar, a abandonar la dirección de las obras del Monumento Nacional a los Caídos en 1948. Moriría tan sólo 4 años mas tarde.
En la Facultad de Arquitectura de la Universidad Complutense de Madrid, existe una cátedra que lleva su nombre.
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De este gran escultor, mutilado de guerra, son tres de las Virgenes que podemos admirar en la gran nave de la Basilica, aunque sin duda son los ángeles con espadas de la entrada a la Basilica, su obra mas reconocida. Curiosa es la historia de estas imagenes.
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Tan sólo una imagen aporta este escultor vasco a la Basilica del Valle de los Caídos, pero se trata nada menos que de la impresionante imagen del Cristo Crucuficado del Altar Mayor. Curiosa es la historia de esta talla, ya que hasta el último momento el escultor desconocía el destino de la talla del Cristo. Sus intimos, entre ellos el gran pintor Ignacio Zuloaga, le silenciaron el fin para el que la talla estaba destinada... temían que Beobide se negase dadas sus ideas profundamente nacionalista - vascas.
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